Balance de Blancos en fotografía y video

¿Qué es y para qué sirve el ajuste de Balance de Blancos en fotografía y video?

¿Para qué sirve el ajuste de balance de blancos?
Foto: Pixabay.

Con el balance de blancos lo que se logra es ajustar la temperatura de color que capta el sensor a la temperatura de color de la fuente de luz.

Por ejemplo, si la temperatura de color de un foco de tungsteno o incandescente es de 3000°K y colocas el balance de blancos de tu cámara en incandescente o de forma manual en 3000°K, entonces los blancos en la escena se van a ver blancos, los negros, negros y los demás colores se van a ver con la tonalidad correcta en la imagen.

Si por el contrario, tu fuente de luz es tungsteno o incandescente o de 3000°K de temperatura de color y colocas el balance de blancos de tu cámara en Luz de Día, calibrado para 5200°K, entonces todas las tonalidades de los colores se van a ver amarillentos o, de forma correcta, se diría que tienen una dominante de color amarilla.

Balance de blancos y temperatura de color
Foto: Pixabay.
Ahora bien, desde el punto de vista artístico podría uno decidir iluminar la escena con focos incandescentes o velas y colocar el balance de blancos de la cámara en Luz de Día y así, la escena tendría una tonalidad "cálida" por la dominante amarilla de color.

Pero, si por otro lado estuviese uno haciendo fotografía de producto, en donde los colores se deben ver reales o a como los definió el diseñador, el balance de blancos de la cámara debe ser el mismo que la temperatura de color de la fuente de luz, para que no existan desviaciones en las tonalidades.

Por ejemplo, Coca-Cola es conocido por cuidar que en su publicidad, impresa o digital, el rojo se vea "rojo Coca-Cola". Si no se ve así, no te aceptan el trabajo o te multan o ambas cosas.

Para tal efecto, es más conveniente realizar un balance de blancos personalizado en la cámara cuando se hace fotografía de productos o de moda (ropa) o cualquier otra en donde los colores se deban representar de forma real.

Metamerismo

Aunque nuestro cerebro se adapta de forma inmediata a la temperatura de color de la fuente de luz y vemos los tonos de forma correcta, existen situaciones en que bajo una luz veremos los colores de forma distinta a como se muestra bajo otra fuente de luz.

Por ejemplo, en el caso de impresiones, veremos los colores de cierta forma bajo la luz fluorescente de la habitación u oficina, que si vemos la impresión a la sombra o bajo la luz directa del sol. En estos escenarios, nuestro cerebro se adapta y verá los tonos correctos bajo la luz en particular, p. ej. el blanco se verá blanco, pero al comprarlos bajo otra fuente de luz, los veremos diferentes.

También, dos personas podrán ver el mismo color de forma distinta.

Colores cálidos y fríos

Colores cálidos y fríos y temperatura de color
Colores cálidos y fríos.
Foto: Pixabay.
La temperatura de color se mide en grados Kelvin y equivale a la temperatura que emitiría un cuerpo negro al calentarlo.

Hay que aclarar que para los artistas una temperatura azul es considerada fría, pero el azul es en realidad una temperatura alta, p. ej. 8000°K.

Y viceversa, los artistas consideran las temperaturas amarillas como cálidas, pero en realidad son temperaturas frías, p. ej. 3000°K.

Si visualizamos la flama de una estufa, tendríamos rojo en la base, luego amarillo y azul en la punta. El rojo sería la temperatura más baja, luego seguiría la parte amarilla y la más alta o más caliente sería la punta azul de la flama.

Luz fluorescente

También hay que decir que la temperatura de algunas fuentes de luz se maneja como un equivalente o un aproximado a la de un cuerpo negro radiante, por ejemplo, la luz fluorescente. Ésta es la fuente de luz más difícil de calibrar porque existen muchas opciones de fabricación y no se comporta como un cuerpo negro radiante.

Las lámparas fluorescentes funcionan ionizando vapor de mercurio en un tubo de vidrio. Esto hace que los electrones en el gas emitan fotones en la frecuencias de luz ultravioleta. La luz UV se convierte entonces en luz visible al chocar estos fotones contra el revestimiento de fósforo en el interior del tubo.

Las cámaras tienen varias opciones para ajustarse a la luz fluorescente.

Balance de Blancos personalizado

De nuevo, en aplicaciones críticas de color, es mejor realizar un balance de blancos personalizado.

Sólo se necesita de colocar el ajuste de blancos en la opción de personalizado y tomar la fotografía de una hoja blanca bajo la misma iluminación que le dará a nuestro objeto o sujeto.

Se venden varios accesorios calibrados para esto, pero también se puede realizar un balance de blancos preciso con muy poco dinero.

Calibración del color en la cámara

Se venden algunos objetivos con parches de colores que ayudan a calibrar el color en la cámara, creando con software un perfil de color.

Sin embargo, la opción más popular y económica no tiene realmente suficiente parches de colores como para crear una mejor calibración que la que ya trae de fábrica la cámara o que los perfiles de color que ya vienen instalados en softwares como Photoshop, Lightroom o Capture One, por ejemplo.

Por tal razón, mi recomendación sería no calibrar el color de la cámara y sólo realizar un balance de blancos personalizado.

Para situaciones no críticas de color, como retratos, bodas u otro tipo de eventos sociales, normalmente el fotógrafo agregará 3 kilos de edición a las imágenes, cambiando los colores de forma tan drástica que cualquier calibración que se haya hecho, habrá sido inútil.

Temperatura de color y edición de fotografías

Cuando se editan fotografías, la pantalla tiene también una temperatura de color de 6500°K o estándar D65.

Hay que considerar que la temperatura de color de la iluminación en la habitación u oficina, afecta las tonalidades que veremos en la pantalla. Al igual que el color del escritorio.

En aplicaciones críticas de edición de color, se prefiere un escritorio en un tono blanco o gris o negro y que la iluminación del lugar tenga una temperatura de color de 6500°K para igualar la de la pantalla.

Calibración de monitor

Se puede calibrar la reproducción del color en el monitor con opciones de configuración, si el modelo las tiene o bien, por medio de un hardware externo de calibración que se coloca sobre la pantalla.

Calibración de la impresora

En aplicaciones críticas de edición también se debe calibrar los dispositivos de impresión. En este caso, cada combinación de impresora y tipo de papel requerirá una calibración diferente.

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